Todo comienza a tejerse cuando Don Federico Casaccia Solari, nacido en Rapallo, un pequeño pueblo al norte de Italia, llega a Valparaíso, Chile, con tan solo 15 años, mandado por su madre para que no participara de la Primera Guerra Mundial.
Sin tener ni un veinte, consigue trabajo en una panadería y, con mucho esfuerzo y sacrificio, logra ir a Concepción donde formó el emporio más grande la ciudad de Coronel, abasteciendo a los barcos que pasaban por el Estrecho de Magallanes.
La cosa empezó a cambiar, y cuando abrieron el Canal de Panamá, hasta ahí llegó el negocio, por lo que decidió cambiar de rumbo…y de rubro…al textil…Así fue como en 1933, funda Fábrica Nacional de Colchas El Castillo, en Santiago.
Se preguntarán por qué El Castillo. Aquí viene la parte linda...
Don Federico echaba mucho de menos su familia y su tierra, por lo que su hermana le pintó un cuadro de “El Castillo de Rapallo”, un lugar característico del pueblo, para que los recordara. Hasta el día de hoy, este cuadro está colgado en la oficina de don Federico Casaccia Basso, nieto de Casaccia Solari y actual Gerente General de la empresa.
La idea de don Federico Casaccia Solari, el fundador de la empresa, era llegar a ser un líder en el campo textil y con el mismo esfuerzo y perseverancia de su padre, don Federico Casaccia Canessa, lo logró. Bajo su mando, la empresa creció y pasó a ser la más reconocida en Chile en la fabricación de frazadas y mantas de lana.
Actualmente su hijo, don Federico Casaccia Basso, es el Gerente General de la empresa y él es quien ha logrado mantener la calidad de los productos y el posicionamiento de las frazadas El Castillo en un mercado cada vez más competitivo y exigente para la industria textil chilena, ampliando a su vez las líneas de productos, ya que la empresa no solo tiene frazadas de lana, sino que también sábanas, cubrecamas, plumones, toallas, incluso se agregó una línea de artesanía, donde artesanos a lo largo de todo Chile, presentan sus diseños y creaciones en maderas, cueros, lanas y tejidos, para trabajar en conjunto con la empresa y entregar productos de la mejor calidad posible.
Pasan los años, las modas y las formas de hacer negocios, pero nosotros no transamos lo principal. Nuestras tradicionales frazadas siguen siendo hechas con lana virgen de ovejas chilenas, fabricadas ciento por ciento en el país y por la misma familia manteniendo las tradiciones, y la misma calidad de sus tejidos.
Notas sobre Frazadas el Castillo: